La libertad arrebatada
Edición especial a 46 años del golpe cívico-militar del 24 de marzo de 1976: la historia de Jorge Money
El jueves 15 de mayo de 1975, Jorge Money almorzó en la casa de sus padres en Congreso y luego se dirigió al Ministerio de Economía, donde se desempeñaba como redactor acreditado del diario La Opinión. Nunca llegó. Como describió su hermano, en ese momento le robaron sus sueños y su futuro. 77 horas después, el domingo 18 de mayo, su cuerpo es hallado sin vida en los bosques de Ezeiza, dentro del paraje El Trébol. Fue reconocido por tener la misma ropa que portaba cuando fue secuestrado. Tenía varios impactos de bala calibre 9 mm y signos de haber sido torturado, como los dedos quemados y las uñas arrancadas. Sus restos fueron velados en un local de la Avenida La Plata ante una multitudinaria procesión de personalidades que se acercaron a presentar sus condolencias, y luego sepultados en el cementerio de la Chacarita. Tenía tan solo 29 años. Estaba casado con María Inés de Ortúzar-Manés, artista plástica, con quien tenía un hijo, Matías, de 3 años.
El lunes 19 de mayo de 1975, cuando se difundió la noticia de que habían encontrado el cuerpo asesinado de Money, los periodistas de la Capital Federal decidieron realizar un paro de 24 horas como condena al asesinato de su colega (por eso si uno busca la tapa del 20 de mayo de Clarín no la va a encontrar: ese día no se imprimieron los diarios nacionales radicados en Buenos Aires). Su asesinato también es mencionado por Eduardo Galeano en su libro “Días y noches de amor y de guerra”. Diversos sectores de la sociedad condenaron el crimen, desde empresarios a sindicalistas y políticos, ya que era visto como un avance -uno más- sobre la prensa y la libertad de expresión. Incluso Montoneros adjudicó el homicidio como un intento de López Rega de acallar a los “diarios liberales”. Mientras el Senado aprobó unánimemente un proyecto presentado por la Unión Cívica Radical que repudiaba el asesinato de Money y reclamaba por una investigación del hecho, el gobierno guardó un silencio cómplice: se sabe que su secuestro, tortura y asesinato estuvo en manos de grupos de tareas de la Triple A.
El 5 de abril de 1946, en el barrio de Congreso, nacía Jorge Money. Su verdadero apellido familiar era Mounier Laplacette, pero su bisabuelo fue anotado erróneamente (cómo tantos otros) cuando emigró al país. Hermano mayor de una familia de clase media porteña antiperonista, realizó la primaria en el colegio Don Bosco y la secundaria en el Santa Catalina, siempre desempeñándose como un buen alumno. En esta última institución se recibió de maestro, para luego cursar estudios de Derecho en la Universidad de El Salvador y de Sociología en la UBA. En esos ambientes universitarios comenzó a frecuentar las discusiones políticas, entre nacionalistas, socialistas y peronistas. De esa manera, a pesar de su legado familiar, Money comenzó a militar en la izquierda peronista.
Jorge Money, en sus intensos años de vida, fue un periodista premiado que trabajó en varios diarios, un poeta, un escritor, un militante revolucionario y un padre. Todo al mismo tiempo, con el mismo nivel de pasión y vitalidad. Desde chico, Jorge Money fue un apasionado por la lectura y, luego, por la escritura. Al momento de su asesinato tenía cuatro libros publicados: dos de poesía (“Nuevas elegías a mí mismo” y “María cuatropasos”) y dos que fueron producto de investigaciones periodísticas (“Banqueros, financistas y capitanes de la industria” y “El Maccarthysmo”). También fue compañero y amigo de otros importantes intelectuales de la época, como Paco Urondo, Rodolfo Ortega Peña, Eduardo Luis Duhalde y Roberto Carri, entre otros.
Money integró de forma temporal diferentes agrupaciones, como el Movimiento Nueva Argentina (MNA) y las Juventudes Argentinas por la Emancipación Nacional. El 28 de septiembre de 1966, un grupo comando de militantes del MNA, dirigido por el peronista Dardo Cabo, llevó adelante el Operativo Cóndor: secuestraron un avión, lo hicieron dirigir hacia las Islas Malvinas, donde aterrizaron, izaron la bandera argentina y reclamaron por la soberanía nacional sobre esos territorios. Fue uno de los momentos más cinematográficos y espectaculares de la resistencia peronista. Jorge Money, al formar parte del Movimiento Nueva Argentina, apoyó desde Buenos Aires la operación e incluso habría protagonizado un atentado contra la Embajada del Reino Unido.
Sus compañeros también contaban, con gran admiración, que Jorge se cruzó con el almirante Isaac Rojas -vicepresidente de facto durante la autoproclamada “Revolución Libertadora”- en un restaurante porteño. Al verlo, lo increpó al grito de “asesino de Valle, hijo de puta”. Los mozos del establecimiento fueron quienes lo rescataron de la paliza que le estaban dando los custodios del militar. Su amigo Lalo Painceira lo recuerda de esta manera:
“Era más bien bajo y delgado, sin ser flaco. Lucía elegante en los modales y en el vestir. Llegó a la reunión pactada con el grupo, vistiendo un impecable traje ‘ojo de perdiz’ azul, corbata haciendo juego y con la infaltable estrella federal roja en la solapa. Usaba el pelo largo, bien peinado y bigotes que siempre tuvieron la aspiración de ser más espesos. Era callado y cuando hablaba, lo hacía en voz baja, pero de manera firme, no dejando dudas sobre su opinión. Sonreía con facilidad, era irónico y tenía un gran sentido del humor. Recuerdo que en esa reunión sólo habló después de escuchar a los demás a los que no había interrumpido y lo hizo con fundamento.”
En el año 2008, Matías Money, el hijo de Jorge, se enteró de que dos jóvenes platenses tenían unos poemas inéditos de su padre y querían publicarlos. Resulta que una semana antes de su secuestro y asesinato, Money le había entregado a su amigo Alberto Szpunberg una carpeta llena de poemas, buscando una opinión sobre los mismos. Entre esos poemas se encuentra En la exacta mitad de tu ombligo, escrito en 1972, que recreaba la silueta de un vientre embarazado, ya que estaba dedicada a su esposa, Manes, con quien estaban esperando a su hijo Matías. Ese poema lo escribió dibujándolo sobre una fotografía de la panza de Manés, y dice lo siguiente:
Atiende:
si mi hijo
si nuestro hijo
fuera naciera sol o
luna homosexual poeta o
guerrillero ah si creciera
guerrillero o usurero al tanto %
o asesino oficinista vendedor de
peines en el subte o suicida flor
o cerdo violador de tumbas o impasible
espectador del mundo comprensible padre de
familia actor de cine Rita Hayworth Tyrone Power
sacerdote verdugo militar terrorista puta carcelero
en la exacta mitad de tu ombligo te explico Manés que
si nuestro hijo recoge la bandera que dejamos o por
el contrario un ejemplo la olvida la traiciona la
veja la vende a razonable precio entendeme si
nuestro hijo mañana es muerto por ir más
allá de donde fuimos o por menos o por
error o por justicia o por lo que sea
si los muertos somos vos o yo o los
dos y él quien nos fusila de todos
modos Manés habremos ganado
porque la libertad es lo único que
debemos legarle a los demás
compañera amiga mía
no tiene mayor
relevancia.
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Money le confesaba a su esposa que no le importaba la orientación sexual de su hijo, si nacía usurero o poeta, si se dedicaba al sacerdocio, a la actuación o a lo que fuese. No le importaba a Money que su hijo fuera revolucionario como él y su esposa, o si, por el contrario, se convirtiera en el militar que los torturara o los asesinara. Por lo que luchaban era porque su hijo pudiera crecer, justamente, en un país con libertad para elegir su presente y futuro. Ni más ni menos.
Como escribió Jorge en otro poema, “lo que importa realmente, es la vida. Aunque parezca absurdo, yo moriré por ella”. Y por ella fue asesinado. Sigamos luchando, entonces, por construir todos los días un poco esa patria llena de vida con la que soñaron Jorge, Manés y lxs 30.000.
¿Por qué hablar, en el Día de la Memoria por la Verdad y la Justicia, de un crimen anterior al 24 de marzo de 1976? Por dos grandes motivos. Primero, para recordar que la represión estatal y paramilitar comenzó antes del golpe de Estado cívico-militar de 1976. Y, además, porque esto permite comprender los verdaderos objetivos del autodenominado “Proceso de Reorganización Militar”. Los militares llegaron al poder a partir de construir consenso en la población civil de que era necesario exterminar a la amenaza subversiva y recuperar el orden interno. Sin embargo, la verdad es que las organizaciones armadas ya se encontraban desarticuladas y derrotadas militarmente en los meses previos a partir de la represión ilegal de la Triple A (la Alianza Anticomunista Argentina) y de la represión legal del propio ejército, como en el Operativo Independencia de 1975. Así lo expresaban las propias Fuerzas Armadas en un informe de enero de 1976 redactado por el Comando General del Ejército sobre el fracaso del ERP de tomar Batallón Depósito de Arsenales 601 de Monte Chingolo:
"El ataque al arsenal 601 y el consiguiente rechazo del intento, demuestra la impotencia absoluta de las organizaciones terroristas respecto a su presunto poder militar, a lo que se agrega su nula captación de voluntades populares. La derrota del oponente reveló graves falencias organizativas y operativas que muestran escasa capacidad militar y sí gran peligrosidad en delincuencia mayor, es decir, el secuestro, el asesinato, el robo, el atentado, la destrucción de la propiedad. El episodio de Monte Chingolo indica la incapacidad de los grupos subversivos para trascender el plano militar. Su actividad se relega al ejercicio del terror, obvia evidencia de su debilidad" (Clarín, 31/1/1976). 1
Las Fuerzas Armadas, en realidad, se hicieron con el poder con objetivos más ambiciosos: exterminar las disidencias, perpetuar el poder político militar en el armado institucional de la República y cambiar las bases socioeconómicas del país. Y de esa manera, un 24 de marzo de 1976, hace exactamente 46 años, comenzaron los momentos más dramáticos de la historia de la Argentina: los años del Terrorismo de Estado y la miseria planificada. Para no olvidar, para pedir por la memoria, la verdad y la justicia, nos encontramos hoy en todas las plazas del país.
30.000 desaparecidxs, presentes. Ahora y siempre.
Memoria, Verdad y Justicia.
Nunca Más.
Recién ahora te saludo: hola, ¿cómo estás? Sé que me corrí de nuestra fecha clásica de los sábados, pero el 24 de marzo no es un día más y merece siempre un tratamiento especial. Por eso, hoy te quise contar la historia de Jorge, como pude haber elegido cualquiera otra de lxs 30.000 para recordar las historias de vida que arrebataron los dinosaurios. Para escribir este envío, extraje la información del epílogo que escribió Lalo Painceira, un amigo de Money, para "En la exacta mitad de tu ombligo", el libro de poemas inéditos de Jorge Money editado en 2009 por "Libros de la talita dorada".
La próxima entrega del newsletter sale el 2 de abril, a partir de los 40 años de la guerra de Malvinas. Ahí retomamos nuestro calendario de los sábados.
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¡Abrazo!
Santiago
Citado en Paula Canelo. El proceso en su laberinto. La interna militar de Videla a Bignone. Buenos Aires, Prometeo, 2008, página 41.